martes, 15 de junio de 2010

Dos capitulos "Los comienzo de Ray"



Espero que os guste. Os dejo un dibujo que hice yo de Ray y que coloreó una amiga, así quedá más mono el relato xD Pero no se porqué no puedo poner bien el formanto T.T Así que como sale, se queda.












Intro primera:

Capítulo I : Una hacen dos. Y dos hacen tres.




Miraba la bruma que se alzaba a los pies de la montaña y algo alejarse corriendo, por el horrible pecado cometido.
-Perdóname hermana. Perdóname…- la voz sonó lejana con un eco de dolor en el corazón negro.
Rayana sentía que su corazón se iba parando, como el dolor de su cuerpo se iba enmarañando a una necesidad de hacer el mal, el dolor, de atraer y amar la oscuridad. Su piel la cual había sido rosada, calida y agradable de tocar, se convertía en algo áspero, blanquecina, muerta, asquerosa, y lúgubre. Nadie dijo que ser vampiro sería la belleza mística de lo desconocido. La muchacha había pegado un grito desgarrador en el valle, nadie le ayudaba, no conocía lo que era, y solo gritaba de forma dolorosa y sórdida. Entre risas y bramidos, como si un lobo desgarrase su cuerpo, su alma, convirtiese sus metas y sueños en un simple cuenco lleno de cenizas, alguien rompió el placer de los ruidos de su garganta moribunda.
-Despierta…hazme vivir. !Maldita zorra estúpida!- gritó una voz sensual, alocada y recelada. Algo que estaba acoplándose dentro de ella. Caitiff.
Ray se movió arrastrando con ella el lodo bajo su cuerpo. Sus pechos apretados ante la tela de la camisa blanca, eran pequeños y turgentes. Su cuerpo era femenino, con gráciles curvas. Largas piernas bien formadas. Ojos grandes e inocentes. Boquita de almendra. Largo cabello rizado hasta media espalda. Su cabello el fuego. Sus bucles parecían no tener fin.
No podía dejar de temblar, miraba a su alrededor, y parecía que había cambiado la visión de algo precioso a algo oscuro y desalentador. La voz de Cai, dentro de ella la estaba destrozando, como si un alma, como si un fantasma, como si algo extraño hubiese penetrado en ella, arraigado espinas de acero y sangre a su columna vertebral. Esa maldita hija de la gran puta, se había colocado como ser en ella, para subsistir.
-¿Quién diablos eres, que coño ha pasado?- vociferó, y el chillido que se alzó como cuervos en el averno, hizo temblar las copas de los árboles. Se acarició con la punta de la lengua, los caninos sobresalientes, que antes no habían sido meros dientecitos. Tuvo que hacerlo, tuvo que rebuscar un charco. Aunque fuese creado con sus lágrimas y ver que lo que Dios había querido de ella, era lanzarla a los brazos del HEYLEL el portador de la Luz, conocido como Lucifer.

Ray cual pura mujer que había sido, creció cual novicia en un templo alejado, de todos ojos humanos. Separada de su hermana, cada cual con un futuro. Su mala lengua jamás había cambiado y las flagelaciones en su espalda eran por millares. Aun así las monjas no podían contener la extraña mente de esa ricura de muchacha pelirroja. Por eso Ray pensaba que Dios en su buena obra había pensando en dejarla en manos del altísimo, del bajo cubierta de la tierra. Satanás.
Pobre insensata que su mente y su devoción por lo que no era, la hizo pensar en que el diablo tendría algo que ver con eso. Pero más lejos de la realidad, una mujer asida a la sangre de familia, había sido quien y cual, la convirtió en un Vampiro.

Días habían pasado desde que abrió los ojos a la No muerte. En su camino de la búsqueda, no era más que una abandonada, una niña de sangre, una neonata sin futuro, o si. El futuro era certero, si no se alimentaba y aprendía a ser lo que era, acabaría consumida por el frenesí de la Bestia. A su mente aparte del eco oscuro que pululaba pidiéndole cosas horribles, le venía a la cabeza una hermana alejada de ella. Pero…¿Realmente Malkav había podido abrazarla en vida para alejarse de ella en la muerte? ¡No, jamás! Su amada hermana era la única persona que siempre había dado lo todo por ella. No podía ser culpable.
-Dime que te duele…!Oh! pequeña niña adorable…jajajajaa- dijo Cai con su mala saña.
-Nada que te incumba diablo de las narices!- se quejó irritada la otra.
-No, no, no. Si se que te aflige, es más, yo se que cosita adorable a mordido tu preciado cuello sin sangre ni gloria, pequeña niña desobediente. – Caitiff por dentro de la mente adoptaba la imagen de una mujer alta, desgarbada, hermosa y peligrosa, fría, desorientada como todo loco demente.
-Tu solo sabes agarrarte a mi cual piojo de perro de presa. Estarías mejor en otro lado.
-No soy menos de lo que tu, eres y digo mejor. SOMOS, parásitos de la noche, adorable cosita…-susurró Caitiff, mientras se acariciaba las piernas con la mano derecha.
-Yo se, pequeña mosquita pelirroja, que si dentro de horas no pruebas la sangre, algo peor que yo, que habita dentro de tu merced, acabará por dominar tu cuerpecito y matarás. Matarás como jamás has hecho en tu asquerosa vida! ¡MATARAAAAAAAAAAAAAAAAAAS JAJAJAJAJAJAJA! –
-¡¡Calla!! ¡¡Cállate!!- Ray no podía soportar más esa demente dentro de ella, en tres días no había dejado de propinarle dolor mental, y físico, y la hacia caer, gritar, llorar, bramar y suplicar, y estaba exasperada por contener la locura. Corrió como un gamo por el bosque sin saber donde ir, no sabía que hacer, solo sus piernas seguían el camino del miedo, y la mente nublada por Caitiff no la dejaba pensar, cuando se dio cuenta, había acabado rodando colina abajo y ante ella, cuando abrió los ojos estaban las picas de contención de Juno. La oscuridad cernía el terreno pero pudo ver un zorro deambular en busca de algún pequeño animalillo para comer.
-Dios, que daño me he hecho! -se acarició el brazo y se tocó la frente, cuando se quiso levantar un hombre, alto fuerte, un titán la agarró de la cintura.
-¿Estás bien nena? – Le preguntó un muchacho y ella se lo quedó mirando. ¿Quién era ese hombre?
-Ehh….si, si, estoy…vamos que si lo estoy. ¿Y quien eres, si se puede saber? – le preguntó ella sonriente, mirándole directamente a los ojos.
-Me llamo Luis, soy el tito Luis querida.- este le pellizcó el pómulo a la joven y ella le retorció el brazo tirándole al suelo, pensando que la quería violar. El pobre muchacho sonrió, sonrío en el suelo, echándose a reír como un bendito, se sentó agarrándola del tobillo tirando de ella hacia él, y la pegó a su cuerpo. Y entonces, ¿Qué hizo? le volvió a pellizcar entre risas la mejilla y ella quedó a cuadros.
-¿Pero que diablos haces, hombre condenado?- alzó los brazos hacia arriba exagerando la explicación de sus palabras y Luis le tendió un pañuelo.
-Si no fueran por estos encuentros curiosos, estaría muerto. Toma y límpiate esa frente, nena, una muchacha tan guapa a la luz de la luna no puede ir sucia. Es más! Venid a mi casa, os veo famélica! – cual saco de patatas, Luis la montó en su hombro y ella se echó a reír, por no llorar. Pasó todo el camino recorrido dentro de la ciudad, dándole patadas y golpes, con las manos le golpeaba la espalda, y él a cada golpe parecía masoquista se echaba a reír. Una vez llegaron a casa del muchacho, la tiró al suelo como si fuese una capa raída y pesada, y puso los brazos en jarras. Ella le miraba poniendo morritos.
-Bienvenida a mi casa, ahora solo me hace falta saber tu nombre, reina mía.- se la quedó mirando a la espera.
-¿Después de tirarme y cogerme como un saco de trigo, crees que me voy a lanzar a tus brazos? Soy una novicia!!! -le gritó y Luis se echó a reír.
-Creo que me confundes con un violador. No soy tal cosa, si tuviese que amar tu cuerpo, te haría el amor, y no sería una mera violación de las que hay en Juno. No temas muchacha soy de fiar, soy uno de los pocos hombres de los que te podrás fiar en Juno.
El titán se había acuclillado a su vera y le revolvió el pelo, como si tratase con una niña de seis años.
-Me llamo Rayana, pero me llaman Ray, es corto y más bonito. Así no hay burlas. –desvió la vista y se quedó en el sitio, mientras él se la quedaba mirando de forma severa y limpia, hasta que se puso en pie y se alejó, para entrar en un cuarto contiguo a la sala del comedor. Apenas decorada con gusto. Le faltaba un toque femenino. Cuando Luis volvió lo hizo con una tela blanca en sus manos y con estas mojadas.
-Bueno ante todo en mi casa limpieza, y una chica tan guapa como tu no pude tener esos manchurrones de lodo por todo el cuerpecito. Ven….-
-¡Eeeeeh…nooooooo! ¡Si yo ya puedo sola, no hace falta que…! Oye!!-

La levantó en peso de nuevo y la metió en la sala contigua, allí Ray vio que había preparado una tina con agua calentita, lista para darle calor y gozo, y no siendo mal pensando solo quería ayudarla. Pero no sabía que ella era un vampiro, una recién nacida en el arte de una muerte segura. Ambos dos comenzaron a forcejear, el muchacho iba decidido a lavarla y ella le miraba con los ojos desorbitados cuando la desnudó y la metió en la tina como un trapo, y comenzó a frotarla con jabón y esponja. Parecía que si seguía frotando le arrancaría la piel a tiras. Vale, que iba con buenas intenciones, era un hombre encantador, si lo conocías…pero ella no sabía nada de él. Ray se movió, vamos, lo que estaba pasando era de cuento de ficción.
-Luis! Sal, no seas osado, que…ay, ay…ay, au!!! -siguió quejándose hasta que le metió un puñetazo y el titán cayó hacia atrás rompiendo la pequeña silla donde estaba la ropa limpia. No la conocía de nada, y la trataba como si fuese un mero juguete de poca estatura. Se hizo el silencio. Se inclinó mojando el suelo con sus bucles pelirrojos y sonrió.
-Ya está, lo has matado.- Dijo Caitiff, la cual estaba divertida, por el trato del hombre hacia Ray.
-Tu calla golfa asquerosa…¿Ey Luis…estás vivo?-
El hombre abrió los ojos y carraspeó, pero se sentó en el suelo y meneó la cabeza distraído.
-Vaya, para tener esos bracitos pegas fuerte, nena!- Se quedó observando aquellos pequeños senos, decorados con gotitas perladas del agua. La mujer se movió nerviosa y se miró la mano, la cual tenía manchada de sangre. ¿de quien era la sangre? Era de él, pues la nariz la tenía rota, lo cual no parecía inmutarle mucho. Ella deseó lamerse los nudillos carmesí, pero no lo hizo.
-Tu eres tonta, nos condenas a la muerte.- dijo Caitiff en la mente. Y Ray tragó saliva. Se relamió los labios y lo hizo. No pudo evitarlo y sabe Dios que lo necesitó a fin de cuentas. Lamió su mano teñida por la vitae de Luis, y suspiró de gozo, pero ahora que había probado la pequeña dosis de la vida, le miró con ojos celosos de más. El hombre al ver el comportamiento de ella se movió a prisa y agarró una espalda.
-Siempre meto en casa a cosas extrañas, pero tu…aparte de guapa eres…¿Una mujer de la oscuridad?- preguntó en un momento en que ella volvió a tranquilizarse, se abrazó a sus rodillas y quedó con la cara entre los brazos. Parecía llorar. No, no lloraba por que no podía.
-Soy un monstruo, no entiendo que soy ni a donde voy! Y tu me tratas como si fuese, una mierda! No me conoces no sabes de donde vengo y osas desnudarme y lavarme! ¿Acaso te crees que no tengo manos? –chilló cual niña en rabieta y le tiró a la cabeza la pastilla de jabón. Pero él la cogió al aire.
-Perdóname hace mucho tiempo que no encontraba a nadie con ese dolor en los ojos, y necesitaba ayudarte, pero como siempre la he cagado.- se puso en pie y se recolocó la nariz, con un sonoro Crak. Ray se apartó de él, pero Luis la agarró y le besó la frente.
-Báñate y hablaremos luego, reina.- parecía resentido y triste por que ella lo tratase mal, y salió fuera. Cuando Ray quedó a solas suspiró aliviada, le daba igual los sentimientos de él, estaba loco! Estaba, loco! Cuando salió del baño, vio la comida en la mesa, pero en vez de ser carne, Luis estaba sonriente, sosteniendo a un joven muchacho. El titán sabía que ella era un vástago de la noche y como tal la pensaba alimentar como un gatito se alimentaba de un platito de leche. Ella no lo pudo resistir, cuando el hombre hizo un corte en el cuello a la victima y la sangre brotó roja y llamativamente como un Ruby. La vampira se lanzó con los gritos de Caitiff dentro de su cabeza. y se alimentó por primera vez en tres días.




Capítulo II : La mano amiga, la mano enemiga.




Había estado viviendo con el titán una semana, pero él aunque había vuelto a tratarla como una niña pequeña, a traerle victimas y vestirla como una muñeca, Ray no se quejaba, le miraba de forma extraña, le pegaba de vez en cuando y él sonreía alegre por tener alguien con quien hablar y compartir parte de su vida. Pero como todo tenía que llegar a su fin, la muchacha hablaba de su hermana continuamente.
-Necesito encontrarla, y tienes que ayudarme, por que ella tiene la respuesta de todo.-
Mientras iba hablando Luis se acabó de afeitar y ladeándose le dedicó una bonita sonrisa.
-Claro, te ayudaré a encontrarla, pero este país en grande y peligroso, nena. ¿Cómo se llama tu hermana? – le preguntó, y Ray suspiró.
-Se llama Malkav, hace una semana que no se de ella, lo único que recuerdo es que me dijo que quería hablar conmigo y…Tienes una parte mal afeitada. –señaló la barbilla y se puso en pie. Luis se ladeó sonriente y le tendió la navaja, confiando en ella. Rayana cogió el mango del objeto y le agarró con dos dedos del mentón. Comenzó a afeitarle.
-Lo que te decía, lo único que recuerdo, es que ella me dijo que necesita hablar conmigo en el bosque y cuando llegué…cuando…cuando….-no podía recordar, Caitiff sonrió por dentro.
-Vamos Ray, pecosilla, dale un besito, si lo deseas, muérdele, bebe su sangre, cortarle el maldito gaznate ya!- eso no podía escucharlo él, solo ella dentro de su loquita cabeza, se movió con violencia a un lado y Luis viendo que le iba a cortar el cuello la apretó contra su cuerpo, para tranquilizarla. La quería como una pequeña hermana, no sabía por que se preocupaba tanto por ella, pero si el dolor de sus ojos le había llamado su atención, verla sola y desorientada en un gran mundo le hizo pensar que necesitaba ayudarla. Luis era un buen hombre.
Agarró la muñeca que sostenía la navaja y apretó levemente para que ella soltase. Pero Ray no soltaba. Caitiff la estaba dominando y los ojos de la mujer verdes cambiaron a Lilas. Entonces el cuerpo de ella comenzó a cambiar por igual, solo era una mera ilusión en la mente de Luis, pero pudo ver la figura de la horrible mancha negra de la pequeña muchacha, llamada Rayana.
-¡Quien eres tu!- dijo él.
-Me llaman….la nada, la olvidada…Caitiff…sangre débil. Jajajajaja.- su risa era histérica. Sus ojos muy abiertos sin pupila, daban pánico de ver. El titán tuvo que agarrarla más fuerte y Ray luchó por dentro para alejar a Caitiff de todo cuanto les rodeaba, esa maldita zorra tendría que estar dentro no fuera. Cuando por fin pudo retener a la loca tras las murallas de su mente ofuscada, Ray suspiró y le pidió perdón, el hombre solo la abrazó, y le hizo pensar.
-Esta chica necesita ayuda y yo tengo que dársela. –si, lo pensó y lo llevaría a cabo. La moza lo abrazó, lo rodeó con sus manitas por la espalda e hizo el ruido de sollozar aunque sus ojos secos de lágrimas no vertieron nada.
Pocos días más tarde, Luis y Ray estaban cabalgando directos a Dratan, pasarían largos días de viajes hasta poder llegar al otro reino, y encontrarían obstáculos que los harían dar rodeos, el conocía a una maga, que podría ayudar a la muchacha a encontrar su paso en la vida de los No Muertos. Noche tras noche, pues el día era el dolor para ella, iban haciendo paso. Lentos, firmes y luchando contra los enemigos. Para cuando llegaron a Dratan ella iba muerta desesperada, Caitiff ahora parecía salir cuando quería, cuando Rayana no se alimentaba. Y en unas dos ocasiones Luis era el postre, su sangre corría tan ágil por sus arterias y no venas, por que por las venas iba la sangre sucia y ella prefería la sangre limpia de las arterias. Una vez delante de las puertas de Dratan, y cansados de recorrer las fronteras de cada terreno, no se dieron cuenta que unos cinco hombres, fuertes y bien armados los tiraron de los caballos. Estos se agitaron alzándose sobre sus patas traseras. Cuando Luis tocó el suelo con la espalda, volteó rápido y se puso en pie. Y cuando Ray tocó el suelo lo hizo de pie, sus reflejos de gato, habían sido el que le salvó de no romperse la cabeza contra las dunas, la noche era fría. Sin el sol alumbrase, la gélida oscuridad se segregaba rápidamente como en todo desierto. Luis bloqueó un ataque con su espada y la blanca recorrió de lado a lado el cuello del contrincante, uno muerto. Rayana corrió hacia el otro lado, no era dada a las armas ni las peleas, pero a pesar de eso, su sangre de guerrera despertaba por dentro, cogió sus dagas y comenzó a defenderse y bloquear los ataques de un enemigo bajo como ella. El tipo lanzó una cuchillada a su corazón y ella lo bloqueó con brazo. El tajo le penetró en la carne y chilló de dolor pero eso no impidió que ella agarrase al hombre de los hombros y se lanzase hacia él para hincar sus colmillos en su cuello.

No muy lejos de toda aquella querella, una dama estaba en las sombras, sus ropas se movían por la fría brisa de la media noche, sus ojos, lo único que se veía en la oscuridad alejada de las lámparas de aceite, eran de un color rojo penetrante.
-Me temo que ha llegado a mi el pedido que le dije a Malkav.- sonrió mirándoles y se acercó, con un simple ataque mágico neutralizó a los otros que quedaban vivos y los alejó de Luis y de Rayana. El Titán alzó el brazo alegre por ver a Aeternus aparecer de la nada.
-Me alegro de verte, preciosa.- le dijo él a ella y la dama siguió su paso. Ray terminó de beber la sangre de su enemigo y sonrió de forma picara pero infantil.
-Y yo me alegro de veros a ambos, los dioses son benévolos y os han traído a mi, las cartas lo habían predicho. La nueva vástago para las guerras.- Ray no sabía de que diablos hablaba la mujer esa, pero al parecer era la maga, de la cual Luis le había hablado.
-Mira Ray otra loca, jajajaja otra loca!! Una puta barata, si, ella te dará el peor oficio de tu vida, esa puta desgraciada…!- Caitiff fue silenciada y Ray agachó la cabeza, eso está vez lo dijo en voz alta y la mirada ofensiva de Aeternus la hizo callar. La dama, se acercó y agarró con dulzura el mentón de la pelirroja. Le fue alzando la cabeza y la miró fijamente.
-No temas cariño, yo te ayudaré a contenerte.- le acarició el cabello, rojo como la sangre y la cogió del brazo para caminar con ella ciudad a dentro. Luis sin decir nada siguió detrás de la maga y la muchacha. Ray desde luego iba conociendo a gente curiosa. Mientras caminaban, la gente se cruzaban en su camino, Aeternus daba pequeñas zancadas con sus botas de tacón grueso y parecía babilar como niebla entre los cuerpos de los humanos. Ray sin embargo era más patosa, se iba golpeando contra la gente y Luis directamente los arrollaba. Al llegar a una sala preciosa, custodiaba por un guardia armado y desafiante de ojos negros, Luis se sentó en el suelo y LadyAeternus siguió su camino hacia el trono.
-Se que tienes preguntas, ¡No! No hace faltaba que hables, yo te veo, se y leo lo que eres, tus ojos son demasiado expresivos, cariño.- tomó asiento. Apartó su capa azabache a un lado y se cruzó de piernas rebelando un buen estado físico, atrayente, excitante y llamativo. Rayana miró a su alrededor y suspiró cansada de tanta tontería.
-¡Joder! Estoy harta, yo solo quiero saber que diablos soy! Porqué lo soy y porqué ella me ha vendido al diablo!- chilló y Luis alzó la vista hacia la muchacha. La maga guardó silencio y esperó a verla calmada.
-Ella, ¿hablas de tu hermana?- susurró Aeternus.
-¿Qué?- preguntó Rayana.
-Si eres así, es por mi culpa, desde luego, ella solo fue la introducción. Ella es tu Sire, pues más arraiga a la sangre no puedes estar con nadie. Dicho de otra forma, eres una elegida de las estrellas, de este clan y de mi que soy la jefa. Según lo que se, es mejor que seas un vástago a ser una novicia maltratada por esas sucias monjas que no saben a quien aman y adoran. Y así de paso vives tu vida al lado de tu única familia. – le explicó la maga y Ray pego un puñetazo a la pared. Hasta Luis pegó un bote por ese golpe y Aeternus sonrió de forma maternal, se puso en pie, pero no se acercó a ella. Malkav estaba tras la cortina, escuchando y sin fuerzas para entrar.
-Será mejor que hables con tu hermana.- Apartó la cortina, y Malkav abrió los ojos lentamente para posar su vista en la sangre de su sangre. Rayana se fue volteando y miró a Malkav de forma torturadora, como si guardase rencor en todo lo que estaba pasándole.

----------------- CONTINUARÁ------------
















2 comentarios:

Raistlin Majere dijo...

Madre mía Luara, vaya maravilla de capítulo. Es fácil de leer, original y con un argumentos espléndido. ¡Ojalá si algún día pudiese escribir como tú!. Muchas felicidades guapa, y espero de todo corazón que sigas delei´tandonos con tus historias muchos más :)

Caitiff / Ray dijo...

Muchas gracias Ángel, me alegro mucho de que te haya gustado, lo que como dice mi novio en mis relatos siempre meto demasiado dialogo como una obra de teatro y esta vez me he controlado xD es que me encanta que los personas hablen.

:) además el relato que tu pusiste me gustó mucho también. _^_^_

Los malkavian que somos unos artistas.