CAPITULO 1: EL COMIENZO
Frente al castillo, una densa multitud se arremolinaban con miradas llenas de curiosidad. El rey había hecho llamar a los 6 antiguos guerreros que lucharon en aquellas legendarias guerras y frente a las escaleras del castillo, se hallaban majestuosos 6 magníficos guerreros; Una ladrona, misteriosa Ninja de tierras de Merak, un mago de ojos fríos y calculadores, un Titán con su cuerpo voluptuoso, un caballero con su semblante de la caballeriza real, una hechicera élfica oscura de talante alto y elegancia y una clérigo élfica de la naturaleza y sagrada digna de los Dioses. El rey mandó llamar a los guerreros dándoles paso al interior del castillo. La expectación atónita rodeaban a los 6 y algunos osados incluso les tendía una mano en felicitación.
En el interior, una magnífica sala abrían paso a los visitantes con el rey en cabeza, éste cruzaba la estancia con los brazos por detrás de la espalda, cruzando los dedos entre sí, caminaba cabizbajo con un gesto de preocupación. Llegó a la altura de un sillón de madera de roble con rica tapicería de color ocre. El viejo rey se sentó en el mueble y miró uno a uno dejando posar con reforzado trabajo los brazos sobre el halo.
- Bien, mis queridos guerreros legendarios. – habló el rey con aquella voz rasposa que surgía desde las entrañas como si le costase la vida misma pronunciar una sola palabra.- Me han llegado informes de tierras de Dratan, Merak y Egeha. Mis leales aliados de la corte del reino de Iris y no son precisamente buenas noticias las que me traen… - el rey cerró los ojos, cerrando las manos y apretando los puños.- Iris, tal y como la conocemos se hayan en terribles problemas. Una criatura está desolando la selva oscura de Strayana dejando títere sin vida, desolando todo cuanto pisa… - Quedó en silencio a la espera, observando como sus palabras ensombrecían los rostros de los guerreros.
- Mi señor.- Dijo la ladrona, con un gesto de reverencia digna de tal talante.- Nosotros ya somos viejos maestros de nuestras habilidades.
- Efectivamente, ya no somos más que simples leyendas que revive en las mentes de los custodios de libros e historias.-Continuó el caballero.
- Sin embargo… -Siguió la clérigo.- Podemos enviar a nuestros aprendices más eficaces con la esperanza de que en sus corazones albergue la gran fortuna.
- Mi magia…-Dijo la hechicera.-
- Y mi hacha…
- Lucharán por la salvación de nuestro mundo.- Dijeron al unísono.
El rey afirmó con un leve movimiento de cabeza y los 6 guerreros desaparecieron tras las puertas y tras las grandes murallas que protegían el reino. Sin embargo, asomó su semblante rostro por una pequeña ventana de la estancia y miró al cielo, la risas de los chiquillos que aún jugaban ajenos al peligro lo dejó aturdido y resopló “Dioses, protégenos”.
Tres lunas debieron pasar para que los guerreros se reencontraran con sus discípulos. Se habían encontrado en las ruinas del molino de Berbank dónde cada uno otorgó a su discípulo un objeto bendecido por ellos mismo para la guerra que les aguardaban. El titán entregó unos guantes bordado en oro, la hechicera otorgó los conocimientos de invocar a los guardianes para su protección y la de la campaña, el mago otorgó una diadema de plata élfica con un rubí en el centro en forma de lágrima, el caballero dio un escudo, la clérigo dio un arco dorado con un ojo draconiano en el centro y la ladrona dio unas dagas con letras color rojo violáceo que proclamaba un lenguaje muy antiguo. Entregado los presentes, los 6 discípulos encaminaron hasta el castillo a entrevistarse con el rey que los aguardaba desde el interior, en la misma sala donde atrás dio la nueva buena que les depararían si la criatura proseguía su camino.
- Mi nombre es Ladyaeternus, mi categoría es Archimago.- Una preciosa mujer de piel sonrosada, cabellos oscuros como la noche, enlazados en una larga trenza y ojos oscuros y hermosos.
- Mi nombre es SUPERAGAPITO, mi categoría es Señor de la guerra.- Un titán un poco ortodoxo y brusco en movimientos.
- Mi nombre es XEvilLabiax, mi categoría es arquera, mi señor.-Belleza élfica, dorados cabellos y ojos claros como el arroyo.
- Mi nombre es gavilan, mi categoría es especialista. – Un muchacho crow de piel aceitunada y ojos grises casi blancos.
- Mi nombre es Esko, mi categoría es caballero real.- hermoso caballero de armadura blanca, cabellos castaño oscuro y ojos verdes como la hierba fresca de la mañana.
- Mi nombre es Thequeen, mi categoría es asesina.- Una chiquilla con el rostro oculto bajo una tela oscura y ojos fríos y calculadores.
El rey sonrió esforzadamente y después de la presentación y sin esperar más tiempo, les encaminó hasta la cuadra real, donde seis maravillosas bestias les aguardaban con un equipo de alimentos, mantas, joyas y material para adecentar la armadura y el arma. También entregó a Ladyaeternus como representante de la campaña para viajar hasta Egeha sin problemas en el campamento que allí se había asentado.
Los guerreros comenzaron el viaje, habían bajado por una calle hasta dejar el castillo a sus espaldas para encontrarse con una mujer elfa que proporcionaba lo necesario para realizar viajes de un estado a otro. Hasta Dratan puedo llevaros, había dicho la mujer, de nombre Eteal, pero el peligro del reino desértico es la orden del día, así que no me haré responsable de lo que os pase, avisados estáis. Los guerreros amablemente le habían respondido que lo que pase en un lugar u otro no dependía del reino, sino de los Dioses y que si en su destino debían morir que así fuese, pues morirían blandiendo el arma cumpliendo la misión establecida por sus respectivos maestros.
